Debemos buscar la motivación en nosotros mismos
Es bastante frecuente oír aquello de “es que no me apetece hacerlo, no estoy motivado” o pedir expresamente a otros (el jefe, por ejemplo) que nos motive, como si fuera su obligación.
Nos dice Rubén Turienzo en 'El pequeño libro de la motivación' que “la motivación tiene más que ver con encontrar un motivo que con dar aliento o energía”. Frase que comparto plenamente. Motivar poco tiene que ver con ese aliento o empuje que en un momento determinado alguien nos puede dar.
Los que tienen una determinada edad y les gustara el deporte seguramente tengan en su mente aquella imagen de José Miguel Echévarri en el coche del equipo Reynolds, y luego Banesto, sacando la cabeza por la ventanilla del coche animando a Miguel Induráin en las contrarrelojes del Tour de Francia a comienzo de los años 90 del siglo pasado.
Pueden pensar erróneamente que lo que hacía era motivarle. Nada más lejos de la realidad, Miguel ya venía motivado de casa, lo que hacía Echévarri era animarle, estimularle, transmitirle energías.
En nuestra vida y en nuestro trabajo sucede lo mismo, debemos buscar la motivación en nosotros mismos. El resto nos podrán animar, estimular o incentivar a hacer algo, pero si no tenemos motivación propia para realizarlo según cese el estímulo cesará el esfuerzo y la acción.
Podemos buscar esa motivación en diversos aspectos:
- Lo que haces, la tarea. Tienes que conseguir hacer lo que te gusta o hacer que te guste lo que haces, no hay más opciones. Si no es así te aseguro que te va a costar mucho.
- Con quien lo haces. Si no te gusta la tarea, pero sí te gustan las personas con quien te relacionas es ahí donde puedes tener la motivación necesaria.
- El entorno. A veces el buen ambiente que se genera, el realizarlo en un determinado enclave, el apoyo que puedan recibir por otros o disponer de medios nos ayuda en gran manera.
- El resultado o logro. Algo puede ser muy ingrato, pero si el logro es grande, sin duda, nuestra motivación crecerá.
- El propósito, para qué lo haces. Este es una de lo motivadores más fuertes que podemos tener.
No te olvides que motivarse no es cuestión de tener ganas, sino de tener motivos y esto último es responsabilidad tuya. Tú debes buscar los tuyos propios.