Preguntas para saber qué motivación hay ante una tarea

Hablábamos recientemente de la diferencia entre motivar y dar ánimos o transmitir energía, términos que a veces se confunden y yo defendía que motivar es proporcionar motivos para hacer algo.

Ponte ahora en situación. Imagínate que quieres que una persona realice alguna acción con ganas, ilusión y esfuerzo … motivada. Puede ser uno de tus hijos, tu pareja o ¿por qué no? Uno de tus colaboradores en el trabajo. Lo primero que te tienes que preguntar es por su disposición frente a la tarea concreta:

¿Le gusta la tarea o no le gusta? Si le gusta no será muy complicado que lo haga con ganas; si, por el contrario, le disgusta prepárate para ilusionarle o recompensarle para que lo realice.

¿Tiene claro lo que tiene que realizar? Cuanto más claro lo tenga menos refuerzo necesitará, así que preocúpate de saber si está claro lo que hay que hacer.

¿Para qué lo realiza? El propósito de cualquier acción es esencial para que alguien la realice con ganas. No es lo mismo hacer algo para bien solo de tu jefe que para salvar el mundo de un supermalvado.

¿Qué expectativa de logro tiene? Aquí la pregunta es conocer si la persona que va a hacer la tarea cree que tendrá éxito o no. Cuando más convencido esté de ello con más ganas lo realizará. La creencia o no de éxito vendrá muy condicionada por sus experiencias previas realizando eso mismo o algo parecido.

¿Le importa el logro o no? Otro punto clave es saber si es o no importante para la persona el resultado de su acción.

¿Cuál es la relación entre el esfuerzo a hacer y el resultado conseguido? No es lo mismo que con poco esfuerzo consiga un gran resultado a que tenga que esforzarme al máximo para una victoria pírrica.

Por supuesto puedes hacerte estas mismas preguntas con una tarea o actividad que tengas que realizar tú mismo. Cuantas más respuestas negativas haya, más foco tendrás que poner en el premio o castigo (motivación externa o extrínseca) con el que tengas que estimular a quien vaya a hacerlo.